sábado, 11 de septiembre de 2010

Y fue entonces...

Hoy estoy bastante dolido. Por cosas que han pasado, por cosas de las que me he enterado, que ya contaré. Esas cosas me hacen recordar hoy con mas intención esta historia, por eso es un buen dia para contarla, al menos algo bueno tenia que tener.

Al dia siguiente, ella se enteró que yo me sentía vacío, y tales fueron sus palabras, que un rayo de luz atravesó mi corazón, y este, comenzó a llenarse cada vez más rapidamente. Iban pasando los días, y aunque no pudimos vernos, no perdimos el contacto, ni dejamos de demostrarnos el uno al otro que nos queriamos y lo que iba a pasar. Fue una semana eterna, que yo recuerde, la semana mas larga de mi vida. Una semana lanzandonos besos como palabras, y palabras como sueños, leer un escrito de nuestras conversaciones era leer las indirectas mas directas que jamás hayas podido llegar a imaginar. Cuando solo quedaban unos dias, la desesperación por la espera recorría nuestro cuerpo. Solo queriamos que llegase ese dia. Solo queriamos vernos y besarnos, y asi nos lo deciamos.
El dia llegó. Yo estaba allí, y llegó su autobus. Cual fue mi sorpresa al ver que no se habia bajado de el. Pense que no habia venido, que se habria echado para atrás, pero al instante, salió de la esquina radiante como ella sola, pues se habia bajado en la parada anterior. Se fue acercando, fue saludando al resto de personas y despues llego a mi.

Lo sieno, pero lo que pasó a partir de ahi, lo contaré mas adelante.

Porque asi lo he escrito...

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